Esos días, son normales también. Hay que entenderlos y verlos así. Te ayudan a apreciar los otros mejores y, últimamente, sabiendo esto, simplemente procuro no oponer demasiada resistencia y, como la montaña con las nubes, o Zaragoza hoy con su niebla, mantener la calma, y dejarlos pasar.
Oí que la tristeza es una emoción tan necesaria como todas las demás. Te ayuda a evolucionar, a adaptarte a cambios y pérdidas, y a reorientar.
Estar siempre feliz, restaría belleza a la felicidad.
No está mal, por un rato, permitirse un poco de melancolía, alguna lagrimita, un capricho extra... sabiendo que mañana, se pasará.
Feliz febrero.
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