Decía algo así como que el NO no lo tienes, el NO también hay que ganárselo!
Si no haces nada, no es un NO. Es un NADA.
Y no es lo mismo.
Porque el NO implica un intento, una preparación, un riesgo, una esperanza, una apuesta que, aunque fallida, te da como mínimo una lección. Que no es poco.
Es más, es mucho. Es saber que camino tampoco hay que tomar. Es disipar otra duda. Centrar más el próximo tiro.
El que se gana un NO, merece respeto. Mucho más que aquel que desde el sillón dice "ni lo intento"
Y además, quien sabe, quizá esta vez, sea la buena.
Señores, señoras, vamos a atrevernos! Corramos el riesgo.
Buenas noches.
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