Pues bien, llevo una buena temporada de JUSTO LO CONTRARIO.
Cambios, novedades, muchas decisiones, altos y bajos en todas las facetas de mi vida que se suceden precipitadamente, casi atropelladamente, agitando todo atisbo de rutina y calma.
Siento que no hay tiempo de que las etapas duren su mínimo, si algo acaba ya no hay "luto" porque algo nuevo entra en escena, como si hubiera estado "esperando" el final de lo anterior y no lo puedo dejar escapar.
No me estoy quejando, y aunque a veces echo de menos esa tranquilidad de tener claro lo que iba a pasar mañana...... no lo cambio.
Ya descansaremos en 100 años.
Rock on!
Buenas noches ;)
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