Sally y Gillian eran hermanas. Vieron desde pequeñas lo que el amor podía crear y destruir.
Gillian deseaba enamorarse y entendió el amor a su modo. Tuvo a miles.
Sally juró no enamorarse nunca y para evitarlo formuló un hechizo para que sólo un hombre tan perfecto que no pudiera existir pudiera despertarle las ganas de amar.
Pidió imposibles. Cosas que le hicieran ver la vida de otro modo. Algo tan irreal que no aparecería jamás.
Pero un día ese hombre miró a la luna y sintió el camino hacia ella.
Se encontraron. Todo fue perfecto, increíble e imposible a la vez. Y se dejaron escapar.
En la vida real se hubiera quedado allí.
En la ficción (mi opción favorita) él volvió, la fue a buscar. Ella no supo que hacer.
Y entonces le preguntó a Gillian:
- Tú que harías Gilly?
Y Gillian contestó:
- Que NO haría, por el amor de mi vida.
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