Llegados a un cierto punto, ya no encuentras el sentido a esconderte tras un muro, que en realidad no te protegía de nada, desdibujaba todo y te mantenía engañado.
A nadie le gusta ser vulnerable delante de nadie, pero la verdad es que no por no mostrar tus talones de aquiles significa que no los tengas.
Todos tenemos debilidades, y todos somos reacios a enseñarlas. Sobretodo a nosotros mismos. Pues sin quererlo, somos los primeros en esconderlas asimilándolas con miedos o fracaso y no asumiéndolas como lo que son, sólo puntos flacos.
Nos acostumbramos, no los corregimos, los escondemos y nos refugiamos en nuestro pequeño entorno costumbrista y rutinario donde no hay nada terrible, pero tampoco nada excepcional.....
Y al final, nos conformamos.
A veces olvidamos que además de flaquezas tenemos también fortalezas!! Y debería ser en ellas en las que nos apoyáramos para todo. Nunca al revés.
Como dice el dibujo....La magia ocurre fuera de nuestra zona de confort.
Salimos de ella?
