
Hay otros en los que te toca los huevos casi todo, estás harta de ser tan educada y te dan ganas de cagarte hasta en la p**a a grito pelado.
Hoy es de los segundos.
Estoy harta de poner la otra mejilla, de no poder plantarme, ¡de que lo bueno engorde!, de los misterios y los misteriosos y de tanta gilipollez.
Eso es todo.